—Doctor, para que usted me entienda primero debe saber que los gallegos nacemos, vivimos y morimos envueltos en dos colores: azul y verde. Azul son la mar y el cielo y verde la tierra, "a nosa terra". Esto nos hace ver las cosas de otro modo, ni mejor, ni peor, simplemente "é o modo galego de vivir".
—Ya, ya, ¡Déjese de circunloquios y cuente, cuente!.
—Pues verá, estoy horrorizado. Ayer me invitaron a comer en un restaurante vegetariano y, ante la sorpresa de mis acompañantes, incapaz de enfrentarme a tanta barbarie, tuve que escapar de allí presa del mayor de los espantos.
—¿Y eso...? ¿Qué pasó?.
—Pues que aquellos salvajes —no puedo calificarlos de otra manera— tomaron entre sus manos una lechuga viva, inmadura, en plena infancia, y con auténtica saña le arrancaron todas sus hojas. Aún resuenan en mis oídos los gritos de dolor y las súplicas de piedad de la pobre planta. ¡Un ser vivo —doctor—, sensible y hermoso, de cuya vida no tenemos derecho a disponer y menos con tal ensañamiento!.
—Tranquilo, hombre, cálmese y no llore.
—Pero es que no paró ahí la cosa. Como se resistía a morir, a puro tijeretazo destrozaron sus hojas y, para colmo de sadismo, le regaron las heridas con sal y vinagre mientras se recreaban con sus estertores de muerte. Cuando —aún chorreante la clorofila de sus venas— se aprestaban a clavarle los tenedores para devorarla, no pude aguantar más y, presa del horror y la nausea, huí lo más lejos posible de aquel grupo de vegetalicidas.
—Verá amigo, no se lo tome usted mal, pero es que —diga lo que diga la Real Academia— yo soy Sicólogo, es decir, experto en higos, y para mi que lo que usted necesita es un Psicólogo.
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Texto tomado de: "Han ser contos".
Autor: Atribuido a "Miguel Arcángel de Vallejera y de Riofrío".
Nota: Esta entrada está dedicada a todos aquellos que, con intransigencia, quieren imponer su modo de ver las cosas con respecto a qué debemos comer o no para ser respetuosos con la vida. Coman ustedes lo que quieran que yo comeré lo que me apetezca; mientras no torturen y maten lechugas inocentes, eso sí.
Para más y mejor información dejo este enlace: http://es.blastingnews.com/ocio-cultura/2014/08/el-veganismo-desde-un-punto-de-vista-etico-00117949.html
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Jeje, eres tremendo! Hace años conocí a un frugívoro que decía eso, que las lechugas, acelgas, espinacas, etc, gritaban cuando se arrancaban y que las que estaban alrededor temblaban, por eso solo comía frutos que las plantas o árboles nos ofrecían sin tener que hacerles daño.....
ResponderEliminarUn abrazo
Text meaningfully.
ResponderEliminarEdit with pleasant tones
Muy cierto eso de vivir y dejar vivir, si quieres ir barriendo el camino para no pisar ningun ser viviente me parece maravilloso.
ResponderEliminarMe gusta mucho tu foto.
Un abrazo.
Aprovecho ahora ya que mi lugar de vacaciones esta en la costa para que mi ieta sea mayormente a base de pescado. A mi regreso seguire con los comentario, ahora me falta tiempo para ello.
ResponderEliminarBesos
La foto es realmente genial en su encuadre y sobre todo en su contraste acertado u justo.
ResponderEliminarDurante muchos años fui vegetariano y con ellos (los años) fui hablandando las normas y ahora como de todo aunque me sigue gustando lo verde pero, no solo eso. Cada cual hace lo que le parece con su vida y todo es respetable mientras no se imponga a nadie a la fuerza. Un abrazo Miguel
Genial una vez más.
ResponderEliminarLa imagen es extraordinária y el pensamiento que transmites lo hago totalmente mio.
ResponderEliminarUn abrazo Miguel
Totalmente deacuerdo contigo con tu reflexión.. Cada quién que coma lo que quiera o lo que pueda,que no está la cosa para andar de milindres... Un abrazo :)
ResponderEliminarMuy buen relato y nos menos interesante reflexión. En la naturaleza existe el mecanismo de la lucha por la supervivencia y dentro de él la caza de unos animales a otros. Nosotros, como animales, hacemos lo propio. Y que se dejen de paparruchas. Cada cual que haga lo que quiera mientras no moleste al vecino.
ResponderEliminarUn saludo
Para gustos los colores, y totalmente de acuerdo que cada uno coma lo que quiera, siempre y cuando no perjudique a nadie. La imagen es muy buena.
ResponderEliminarUn saludo.
jaja, muy fino si señor.
ResponderEliminarMe gusta la imagen del mundo vegetal que nos presentas.
Un abrazo, Miguel.
¡Excelente Miguel!, ameno, divertido y...esclarecedor diálogo para aquellos que van de buenistas dando lecciones por la vida, pero se les olvida una cosa. El mundo natural está lleno de carnívoros, hervívoros y hasta omnívoros y no pasa nada, no hay conflictos porque son inteligentes y libres. Los carnívoros cazan para comer, ellos no ven una cebra sino jugoso y apetecible alimento, los hervívoros pastan y los omnívoros devoran a otros organismos mas pequeños. Creo que de aquí se desprende un aviso claro a los ruidosos "prohibicionistas" sin duda mas por razones políticas que en defensa de nada porque al cabo lo que comemos siempre antes del yantar estuvo vivo. Hay que detener esta intolerable intromisión en la vida privada de las personas.
ResponderEliminarLa Real Academia dice muchas tonterias y además redacta muy mal. Si estos son los que tienen que cuidar, proteger y dar lustre a nuestra lengua ¡apañdos vamos!
un abrazo
Brilliant for black and white trees, and all that you speak.
ResponderEliminarHola Manuel
ResponderEliminarEn su blog, como siempre muy bien.
Usted es un maestro en el tiro.
Tus fotos son siempre hermosos.
La historia muy interesante.
Besos y saludos desde Polonia.
Lucía
Interesante composición, un B&N muy logrado. me gusta este caos de ramos.
ResponderEliminarun abrazo
De acuerdo contigo y con el artículo de Esteban Galisteo, con tu permiso me gustaría añadir algo al tema.
ResponderEliminarLos humanos no somos ni carnívoros, ni vegetarianos, somos omnívoros, es decir comemos de todo, es esa falta de especialización es lo que nos ha permitido sobrevivir y colonizar todos los rincones del planeta, soportar glaciaciones, inundaciones y periodos de sequia, como hubieran sobrevivido y prosperado las comunidades esquimales sin comer osos, focas y ballenas, ya sé que es una putada, pero para comerse un oso polar primero hay que matarlo que si no, no se deja y a la que te descuidas te mata y te come a ti.
El vegetarianismo, contra lo que sus practicantes defienden no es signo de evolución sino todo lo contrario más bien lo es de involución, para los humanos es volver a las ramas de los árboles, que es donde seguiríamos de no ser por las proteínas de origen animal que tanto han influido en el desarrollo de nuestro cerebro, fue la necesidad de esas proteínas lo que nos hizo bajar de los árboles, erguirnos sobre nuestras piernas e internarnos en las praderas en busca de alimento.
Negar lo que como especie animal somos no contribuye a su bienestar y desarrollo sino más bien a un debilitamiento enfermizo que nada bueno puede traer.
Perdón por lo extenso del comentario, pero creo que el tema lo requería. Un abrazo, Miguel.