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Salida de una de las cuevas en la Playa de las Capullanas - Perú |
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Boca de cueva acantilados de la Playa de las Capullanas - Perú |
La señora Hermenegilda Aurora Huancas es una linda viejita que tiene su carretilla junto a la estación de autobuses de Talara en la que vende agua de cebada y jugo de naranja en el verano y reconfortante emoliente al que, por cierto, añade una buena ración de algarrobina capaz de levantar a un muerto, en el invierno. Me había recomendado hablar con ella el cuidador que vigila los carros que parquean junto al mercado de abastos y esto fue más o menos lo que me contó:
—Sí, m'hijo, decía mi abuela, que lo había escuchado de la suya, que al llegar a esa altura Francisco Pizarro mandó fondear la nave para admirar los acantilados. Tan distraído estaba, que la espada se le cayó por la borda por lo que, ni corto ni perezoso, descendió para recogerla y así fue que vio, reflejada en el agua, a una hermosa capullana que se bañaba desnuda. Cegado por el brillo de su piel canela, trató de seguirla, pero ella desapareció en una de las enormes cuevas que hay en el lugar.
—Pizarro, prudente como era, —continuó Hermenegilda— se detuvo por temor a una celada e hizo bien, m'hijo, pues hay allí pozos muy hondos y galerías secretas que llegan a Cajamarca y hasta al mismísimo Cusco. Así pues, se volvió hacia las naves y a grandes voces dijo: "Es ésta morada de las antiguas diosas de los mares. Todos la respeten y caiga mi ira sobre aquellos que osen profanarla".
—Ay mamita —le repliqué— ¿qué tiene que ver todo eso con Willy, Chicho y José?.
—Pues mucho, m'hijo, pues mucho. Decía mi abuelo que el nombre de los tontos siempre está escrito por las paredes y estos tres desgraciados, para vergüenza propia y de todos, no tuvieron mejor idea que pintarrajear y profanar este santuario de la naturaleza. Sea por la invocación de Pizarro o que, para su mala suerte, había por allí un gringo viejo y colorao que los miró fijamente con su ojo de cristal, el caso es que apenas tres días después el chucaque hizo presa en ellos con una fuerza inusitada.
—Llamaron a chamanes y curanderos —continuó la viejita—, los mejores de las Huaringas, pero ni ensalmos, ni pases de cuy, sirvieron para nada. Los tres veían continuamente aquel ojo de cristal que los miraba con fijeza y sus tripas se retorcían como mordidas por bestias feroces. Los brujos, reunidos en consejo, decidieron que sólo podría salvarlos la reparación de la ofensa limpiando con sus lenguas la piedra milenaria y así fue como, a lomos de mula, los llevaron de nuevo a Las Capullanas. Tales eran sus gritos de dolor que se escuchaban desde Talara hasta el Alto y hubieron de poner tapones de cera en las orejas de las mulas para que éstas no huyeran corriendo por los cerros.
—¿Se salvaron?. —Pregunté estremecido.
—No, m'hijo —contestó Hermenegilda—. Cuando sus lenguas resecas borraron el último rastro de la pintura infame, aliviados de su dolor, murieron. Fue en ese instante cuando sus deudos, reunidos junto a la cueva, vieron salir de ella al fantasma de una hermosa mujer desnuda, dorada como la avena, que avanzó hacia otro que, con yelmo y armadura, espada en mano, salía de las aguas. Pizarro, pues no era otro el caballero, hincó su rodilla en tierra, tomó la mano de la dama y besándola exclamó con voz tonante: "Señora, mi promesa está cumplida y así será siempre que alguien profane vuestra morada; por los siglos de los siglos, amén".
Texto tomado de: "Han ser contos".
Obra atribuida a: "Miguel Arcángel de Vallejera y de Riofrío".
Nota bibliográfica: Este mismo tema, en versión más reducida e impersonal, aparece también en la "Guía de Viajes Reales y Soñados", del mismo autor, por lo que intuyo que hay algo de cierto en todo ello.
Aclaración: El chucaque es una enfermedad psicosomática provocada por la vergüenza que sufre la persona a quien alguien recrimina o afea una acción inapropiada que ha cometido. Se manifiesta con muy diversos síntomas siendo los peores tristeza acompañada de fuertes dolores intestinales, vómitos y diarreas que pueden llegar a provocar la muerte. La medicina oficial no ha encontrado remedio para este mal. El chucaque es propio de aquellos pueblos en que se sigue conservando la vergüenza, por el contrario ha sido erradicado en los desvergonzados; razón por lo que está en franco retroceso siendo ya totalmente desconocido en la Unión Europea y, en general, en todos los países que se auto titulan como "Primer Mundo".
NOTA: Esta serie consta, aparte de ésta, de otras dos entradas cuyos enlaces son los siguientes:
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