El descanso de la pesca. |
Puede que la veas mejor si haces clic sobre la foto y luego pulsas F11.
Huyendo del caótico y ruidoso tráfico de esta tórrida y no menos caótica ciudad del norte, he dado con la plazuela dedicada a un conocido pintor local y presidida por la estátua de éste, paleta y pincel en mano; lo que no deja de tener su mérito si consideramos que tan relevante prócer se marchó para no volver a la edad de diez años cuando su mayor arte consistía, con toda seguridad, en tirar piedras al río.
Una frente a otra, dos iglesias bien distintas ocupan sendos laterales de la plaza. De un lado, la más moderna de "María Auxiliadora", orgullosamente erguida y abrazada por un, aunque vacío, todavía fuerte y poderoso colegio salesiano, llena de gente que canta fervorosamente las mismas canciones, nota a nota, desde hace apenas cien años. Del otro, rodeada por las ruínas del colegio al que perteneció, una vieja iglesia barroca del siglo XVII, modesta, de adobes, con menos gente, pero... ¿Qué quieren que les diga? Seguro que ustedes ya adivinaron mi elección para refugiarme.
Una frente a otra, dos iglesias bien distintas ocupan sendos laterales de la plaza. De un lado, la más moderna de "María Auxiliadora", orgullosamente erguida y abrazada por un, aunque vacío, todavía fuerte y poderoso colegio salesiano, llena de gente que canta fervorosamente las mismas canciones, nota a nota, desde hace apenas cien años. Del otro, rodeada por las ruínas del colegio al que perteneció, una vieja iglesia barroca del siglo XVII, modesta, de adobes, con menos gente, pero... ¿Qué quieren que les diga? Seguro que ustedes ya adivinaron mi elección para refugiarme.
Apenas traspasé la puerta quedé paralizado por la sorpresa. Dentro, una pequeña orquesta sinfónica municipal formada delante del altar, arrancaba con el primer movimiento de la Sinfonía nº 1 en Do Mayor, Opus 21, de Ludwig van Beethoven. Sí, esa misma que, en lugar de comenzar con un todopoderoso acorde de Do, como cabría esperar, lo hace jugando con acordes en Fa y en Sol; cosas y caprichos del genio.
No voy a entrar aquí en la calidad de la orquesta que, en cualquier caso y dentro del contexto, me pareció suficiente. Baste decir que me quedé escuchando y, al observar que la mayoría de los asistentes al concierto eran jóvenes, por un momento me sentí tan emocionado que incluso estuve a punto de recuperar la fe en la salvación del bípedo implume. ¡Hay un atisbo de esperanza! Pensé.
Mediado el segundo movimiento, caí en la cuenta de que casi todos llevaban una camiseta que los delataba como alumnos de una escuela de música y que, a mis espaldas, cuadrada ante la puerta y en actitud vigilante, la directora de la academia, con la mirada y su dedo acusador, fijaba al banco a todo aquel que osaba levantarse e intentar abandonar la iglesia.
¡Qué iluso! Estaban allí por obligación. Y me pregunto ¿A dónde nos dirigimos cuando ni quienes quieren ser músicos son capaces de seguir los cuatro movimientos de una sinfonía de Beethoven? ¿Cuántos de los presentes realmente lo eramos por el placer de escuchar?
Ya no me quedan dudas. Estamos inexorablemente condenados a la extinción sumidos en la barbarie.
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Texto tomado de: «Crónicas de Viajes Reales o Soñados».
Autor: Miguel Arcángel de Vallejera y de Riofrío.
Primera Sinfonía, en Do Mayor, Opus 21 (IV Movimiento) - Beethoven.
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Estupendo este relato que nos narra una situación que no definiré.
ResponderEliminarpodi-.
Stave birds.
ResponderEliminarHas captado un instante espectacular, con ese animal aireando sus alas... Muy buena imagen
ResponderEliminarUna partitura tremendamente bella. Seguro que a Beethoven también le inspiró!
ResponderEliminarUn fuerte abrazo Miguel
Magnifico el "pentagrama" con esas buenas "notas".
ResponderEliminarEl relato describe muy acertadamente el sistema educativo, salvo excepciones como siempre.
Un abrazo
Buena música
ResponderEliminar¡Maravillosa composición!
ResponderEliminarUna gran fotografía.
Un abrazo.
Muy bien compuesta y con un equilibro perfecto. La música es una maravilla. Un abrazo
ResponderEliminarMe gusta esa historia tan musical.Bien recuerda esa imagen a un pentagrama aunque falten algunas líneas. En ellas puedo distinguir algunas corcheas y semicorcheas entre las cuales se intercalan algún silencio.
ResponderEliminarBesos
Muy simpática la fotografía con el pájaro que parece que está dirigiendo a los cantores.
ResponderEliminarUn abrazo.
Situado tal cual fuera una nota en el pentagrama.. Muy bien vista Miguel,un saludo :)
ResponderEliminarBuena partitura.
ResponderEliminarUn abrazo.
Uf... Miguel como de notas musicales se tratara, es una belleza de fotografía ¡felicidades!
ResponderEliminarCiekawe nutki.., ładne ujęcie, pozdrawiam
ResponderEliminarUna foto para "nota" Buen día.
ResponderEliminarMenudo grupo musical saldria de aqui. Magnifica, Carlos.
ResponderEliminarUn abrazo y buena semana.
Carlos es una imagen preciosa.
ResponderEliminarFantástica composición, me encanta esta foto. Enhorabuena Miguel, un abrazo desde Cantabria.
ResponderEliminarWhat a great capture!
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ResponderEliminar·.
Lo más triste es que nos autoextinguiremos antes de que se apague el Sol. Ni siquiera respetamos los tiempos. En fin...
Menos mal que la foto es fantástica. Y o digo sin saber si las aves estaban bien afinadas.
Buena Miguel.
Un abrazo ·M·
.·
LMA · & · CR
Dan ganas de volar al ver las aves.
ResponderEliminarPreciosa imagen.
Besos.
Preciosa partitura de vida.
ResponderEliminarUn abrazo.