Desierto de Paracas, Pisco - Perú |
Desierto de Paracas, Pisco - Perú |
Puede que la veas mejor si haces clic sobre la foto y luego pulsas F11.
Cuanto más blanco, limpio y puro es el mantel, más destaca sobre él la mancha del vino tinto por pequeña que ésta sea.
Se había adelantado buscando un horizonte más allá de la tierra roja y seca y, cuando alcanzó la cumbre, no encontró más que la extensión azul del océano. Durante un instante la llamada de los lobos marinos desde el fondo del acantilado pareció un canto melodioso, abrió los brazos como un arcángel sus alas y estuvo a punto de ir a su encuentro. Fue en ese momento cuando las paracas comenzaron a girar y se sumó a su ritmo adentrándose en el desierto. Envuelto en el polvo rojo alguien lo siguió, luego otro y otro hasta que todos bailaron al son del viento y de la arena. Así, transformados en espirales espíritus, volaron sobre cerros y llanuras hasta llegar a la playa Lagunillas donde el desierto, en una enorme nausea de asco carmesí, los arrojó al fangal de contaminación y mierda en que la avaricia humana en forma de casetas con pretensiones de restaurantes y bajo el disfraz de aldea de pescadores está convirtiendo lo que debiera ser una reserva intangible. El olor característico de los detritus fecales del "bípedo implume" los trajo a la realidad, enrojecieron de vergüenza ajena y creyeron entender por qué el desierto de Paracas tiene ese color. Pero se equivocaban, el rojo de Paracas no es de vergüenza, es de ira.
Se había adelantado buscando un horizonte más allá de la tierra roja y seca y, cuando alcanzó la cumbre, no encontró más que la extensión azul del océano. Durante un instante la llamada de los lobos marinos desde el fondo del acantilado pareció un canto melodioso, abrió los brazos como un arcángel sus alas y estuvo a punto de ir a su encuentro. Fue en ese momento cuando las paracas comenzaron a girar y se sumó a su ritmo adentrándose en el desierto. Envuelto en el polvo rojo alguien lo siguió, luego otro y otro hasta que todos bailaron al son del viento y de la arena. Así, transformados en espirales espíritus, volaron sobre cerros y llanuras hasta llegar a la playa Lagunillas donde el desierto, en una enorme nausea de asco carmesí, los arrojó al fangal de contaminación y mierda en que la avaricia humana en forma de casetas con pretensiones de restaurantes y bajo el disfraz de aldea de pescadores está convirtiendo lo que debiera ser una reserva intangible. El olor característico de los detritus fecales del "bípedo implume" los trajo a la realidad, enrojecieron de vergüenza ajena y creyeron entender por qué el desierto de Paracas tiene ese color. Pero se equivocaban, el rojo de Paracas no es de vergüenza, es de ira.
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Texto tomado de: «Guía de Viajes Reales y Soñados».
Atribuido a: Miguel Arcángel de Vallejera y de Riofrío.
Jean Michel Jarre - Equinoxe, parte VIII.
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Extraordinárias!
ResponderEliminarNo se como lo consigues peró te superas con cada nueva imagen.
Un fuerte abrazo amigo
¡Es que es un asco! ¡qué envidia das! y lo malo es que no sé por dónde empezar a tener envidia, si por los viajes que gastas o por las hermosas fotos que cuelgas... ¡ay, qué envidioso soy!
ResponderEliminarSalu2
¡Genial!
ResponderEliminarHappy people!
ResponderEliminarExpresivas fotos en las que has sabido dominar la complicada luz.
ResponderEliminarY buen y punzante relato, desde luego.
Un abrazo Miguel.
Espontaneidad y espresividad turística, diría yo. Hasta en el desierto aparece el dichoso palo del selfie, una plaga.
ResponderEliminarMuy expresivos esos gestos de júbilos.
ResponderEliminarExtraordinarias imágenes.
Besos
Al igual que en las buenas comidas, las fotos y el texto en perfecto maridaje. Saludos
ResponderEliminarBuen trabajo Miguel No me extraña esa alegría que muestras. Una belleza de paisaje. Un abrazo
ResponderEliminarLlevando la lluvia a los desiertos,... si en Galicia funcionan las danzas, ¿porqué no iban a hacerlo aquí?
ResponderEliminarpodi-.
Que calor debe hacer por esos lugares. Me encantan las fotos. Saludos.
ResponderEliminarMagnífico trabajo con la luz, Miguel. Se adivina muy dura, pero has sacado un partido excelente de ella, con esas sombras en el suelo como un reflejo del saludo.
ResponderEliminarEnvidia por su saber y por tus viajes, Miguel :)
El desierto es impresionante pero después de leer el relato es mucho más.
ResponderEliminarUn abrazo
Extraordinaria. La superación y la expresividad de algo conseguido. Bravo !
ResponderEliminarCuando poderosos, potentes e impresionantes tus relatos
Un abrazo, Miguel
P.D.: "A" Junto al Palacio de la Magdalena (Santander) Te tenía que sonar
Tiene que ser una maravilla estar allí, ante la vastedad, lejos de la otra bastedad, de las ciudades hacinadas.
Las fotos creo que reflejan ese ánimo, con ese blanco y negro tan perfecto con que nos obsequias.
Un abrazo
· LMA · & · CR ·
I think all of these people have said it quite well-- Expressive, meaningful, full of "place".
ResponderEliminarEuforia ante la inmensidad de la naturaleza, aunque sea hostil. Buen trabajo.
ResponderEliminarUn abrazo.
El hombre ante la naturaleza,
ResponderEliminarasomándonos a esa fuerza de
la inmensidad.
Saludos.
A mí me dan envidia, los viajes, las fotos, los textos y hasta los comentarios de Juan Carlos. Soy más envidiosa que él :D
ResponderEliminarUn beso
Preciosas fotos Miguel y el texto me ha encantado, no me extraña que el desierto de Paracas este rojo de ira ante tamaño despropósito.
ResponderEliminarUn abrazo.
ResponderEliminarHello Miguel!
Amazing photos. I regret that they do not see the desert in Peru.
I love deserts. I saw the Sahara, Błędowska, Judea, the Syrian.
Have a nice weekend.
Buenas tomas, Mguel, en las que muestras la exteriorización de sentimientos. Veo que estas disfrutando, de lo que me alegro un montón.
ResponderEliminarSaludos.
Y delante la inmensidad...Buenos viajes te gastas Miguel. Y cada día te superas.
ResponderEliminarBuen fin de semana.
Besos.
cuanta belleza hay en el blanco y negro de tu arte
ResponderEliminarThe title is wonderful! The Dances of the Desert! These pictures so full of life and joy that they made me smile and joyful also.
ResponderEliminarIncredible moments and very beautifully taken.
A hug.