miércoles, 14 de noviembre de 2018

Mercado de San Miguel, Madrid.

Mercado de San Miguel, Madrid.
Mercado de San Miguel, Madrid.

Puede que la veas mejor si haces clic sobre la foto y luego pulsas F11.


Romualdo —el de la Celedonia— tuvo muy mala suerte en la vida. Nacido en tierras del sur, al morir su madre, huérfano de padre como era y sin familia que lo acogiese, juntó el mísero capital de la herencia y decidió viajar a Madrid con ánimo de prosperar en la vida.

Cuando ya había superado lo peor del puerto de Despeñaperros, con las tierras de La Mancha a la vista, la cuadrilla de Paco «El Quejío» lo sorprendió y lo dejó sin blanca, atado a un alcornoque y sin más ropa que unos viejos calzoncillos marianos de felpa que, en estas cosas, «El Quejío» era muy «mirao» y nunca en su larga vida de bandolero dejó a ninguna de sus víctimas con las vergüenzas al aire salvo que ya las trajesen así.

Auxiliado por un cura, llegó a Madrid ensotanado y con lágrimas en los ojos se despidió de su benefactor junto al Arco de Cuchilleros. Sofocado por el calor, con hambre y sed atrasadas, tomó el poco dinero que había conseguido rescatar, oculto en un bolsillo secreto de sus «marianos», estratégicamente disimulado en salva sea la parte, y se dirigió al cercano Mercado de San Miguel.

Comió, bebió y, desde entonces, puede vérsele ejerciendo de méndigo a las puertas de la basílica cercana. Cuando el día se le da bien, entra y enciende una vela rogando para que el Santo Arcángel proteja a Paco «El Quejío».

---oOo---


Texto tomado de: «Han ser contos».
Autor: Miguel Arcángel de Vallejera y de Riofrío.



Romance de «El Pernales» - Nuevo Mester de Juglaría.

NOTA: Este romance forma parte del falso mito creado después de su muerte alrededor de la vida de «El Pernales» que llevó a convertirlo en un héroe popular que robaba a los ricos para dárselo a los pobres. Nada más lejos de la realidad de este bandolero extremadamente violento y maltratador, incluso con sus propias hijas.

Para activar o desactivar la música, pulse en la parte izquierda del reproductor;
no en el centro.




© DERECHOS DE AUTOR - COPYRIGHT ©
© TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS - ALL RIGHTS RESERVED ©

Todas las imágenes que aparecen en este blog son propiedad exclusiva de su autor y están protegidas por la legislación española y los acuerdos internacionales sobre los derechos de la propiedad intelectual y, por tanto, no pueden ser descargadas, reproducidas y/o modificadas sin el consentimiento expreso y por escrito del autor. En caso de estar interesado/a en alguna de ellas, ponte en contacto.



Si te reconoces en alguna fotografía y no deseas aparecer aquí, dímelo y estudiaré su retirada a la mayor brevedad posible.

18 comentarios:

  1. NOTA: Con las prisas he debido "pajarearme" pues, creanme, la fotografía y el propio Mercado de San Miguel, por más que la busquen, no tienen ninguna relación con las historias de los bandoleros de Sierra Morena ni de ninguna otra localización.

    ResponderEliminar
  2. Mucho glamour tiene esta fotografía.Los modelitos que lucen las chicas de la pamela son para copiar, aunque el resto de las personas tienen una vestimenta más informal .

    Buens escena en el mercado con buena luz y color.

    Besos

    ResponderEliminar
  3. Variety of different styles and characters!
    Excellent photograph, Miguel!
    A hug.

    ResponderEliminar
  4. Muy buena imagen, amigo. Con una luz espectacular
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  5. Si, yo me estaba devanando los sesos para encontrar relación entre la imagen y el texto. Pero ahora creo que me gusta más así, en plan surrealista. Y en cuanto a la foto, no es nada fácil encontrar a tantas personas todas de espaldas y comiendo.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  6. Excelente imagen y gran relato.
    Supongo que el Mercado de San Miguel que encontró Romualdo en su recorrido por Madrid, era bastante distinto del que refleja tu mirada.
    Un fuerte abrazo Miguel

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jajaja, Josep, si después de comer y beber acabó pidiendo limosna no debía ser muy diferente porque mi cartera, desde que entré en el mercado no dejó de dar «quejíos», unos de dolor y otros de espanto. Claro que yo, como soy provinciano...
      Un fuerte abrazo, amigo.

      Eliminar
  7. Jeje! Ahora algunos bandoleros tienen guante delantal, gorro y muchos con traje y corbata...
    Buena entrada Miguel!
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  8. Romualdo no olvida "al Quejío":)) Muchas veces hemos bajado por ese arco de Cuchilleros para tomar algo en San Miguel.
    Besos.

    ResponderEliminar
  9. El Mercado de San MIguel es un claro ejemplo de transformación de algo que decaía en algo próspero. Lo malo es lo masificado que está siempre. Aunque no tenga rtelacion tu relato es muy interesante.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  10. Muy buena foto, Miguel, con una luz, color y definición muy bien conseguidos, nada fácil de conseguir en espacios con luz artificial.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  11. Luz y color hace de ella una estupenda fotografía.
    A pesar de que en ese momento la gente esta
    Sentada no está exenta de un cierto dinamismo.
    Abrazos

    ResponderEliminar
  12. Me gusta mucho este mercado he ido en varias ocasiones.
    La foto es preciosa.

    ResponderEliminar
  13. Una magnifica foto, he estado muchas veces en este mercando, incluso cuando solo era un mercado, pero la verdad nunca lo he visto con tan poco gente.

    ResponderEliminar
  14. ·.
    Excelente fotografía. Destaca la perfecta iluminación y definición. Ese encuadre me parece providencial.
    Lo de Romualdo... ¡solo a él se le ocurre ponerle velas a 'El Quejío! Será por no robarle los calzoncillos, digo.
    Y me quedo escuchando esos 15 minutos de romance.
    Un abrazo, Miguel

    LMA · & · CR

    ResponderEliminar
  15. Veo que estuviste por mi ciudad, captando estupendamente esa imagen del mercado.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar