Puede que la veas mejor si haces clic sobre la foto y luego pulsas F11.
Cuentan —a mi me lo dijo la señora Antonia— que hace ya mucho tiempo hubo un muchacho al que todos conocían por «Aduardo o jaiteiro» que venía siendo pariente lejano de la tía Aurora, la de Fieito do Monte, que es una aldea que queda en tierras de Valadouro allá por Lugo. Sí hombre, usted tiene que conocerlos, ella tenía una hermana que casó con uno de los Ramuíndes que era tratante de ganado.
Siendo ya mozo se apuntó a una romería que organizó el alcalde —era año de elecciones, sabe usted— y de ese modo conoció el cabo Finisterre. Quedó tan impresionado que abandonó casa, estudios y trabajo para instalarse en lo más alto del cabo y allí, frente al océano Atlántico, pasaba las horas y los días con la vista clavada en el horizonte interpretando su música, convencido de que las notas de su gaita atravesarían la mar y más pronto o más tarde, desde tierras desconocidas, serían respondidas por otro gaitero como él.
Poco a poco las algas y la sal fueron cubriendo su cuerpo que se transformó en duro granito; de ahí la roca llamada «a pedra do jaiteiro» que se encuentra a la izquierda según mira usted para «Nova Iorque». Dicen que en las noches de niebla el ronco pétreo de su gaita retumba con una fuerza inusitada capaz de helar la sangre en las venas de los más valientes y hay quienes afirman que cuando sopla el viento del oeste se escuchan los apagados ecos de una quena que desde el otro lado del océano intenta seguir el ritmo de una muiñeira.
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Texto tomado de: «Han ser contos».
Atribuido a: Miguel Arcángel de Vallejera y de Riofrío.
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Force and joy!
ResponderEliminarEs tanta la fuerza y garra de la toma como la que se adivina en el gaiteiro. Yo creo que sus notas no tardarán en ser respondidas desde el otro lado del Atlántico.
ResponderEliminarUn abrazo.
Maravillosa foto has logrado el instante
ResponderEliminarMagnifica fotografía, donde la fuerza y fascinación
ResponderEliminardel músico logras trasmitir a través de tu cámara.
Abrazos.
Boa tarde, excelente foto bem captada a valorizar o belo momento.
ResponderEliminarBoa semana,
AG
Buena historia. Eso es pasión, como la que muestra la imagen
ResponderEliminarDesde luego con ganas la toca... un saludo desde Murcia....
ResponderEliminarGran retrato Miguel parece que esté tocando esa muiñeira.
ResponderEliminarUn abrazo
Formidable imagen de este gaitero moderno (los tatuajes lo delatan). El B/N es realmente impecable.
ResponderEliminarUn abrazo Miguel
Magnifica imagen, preciosa foto. Todo un homenaje a la gaita y a los gaiteiros.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hermosa leyenda,que acompaña a esta gran imagen del gaitero. Me parece muy representativa, de todos los gaiteros de esa gran tierra.
ResponderEliminarBesos
Extraordinaria foto y fantástico relato y música, me han encantado. Miguel te deseo un feliz verano, un abrazo desde el norte.
ResponderEliminarIt's probably not so easy to play on this instrument. I feel tension and enjoyment.
ResponderEliminarThis is an amazing photograph! You captured the soul of this musician.
A hug.
Magnifica imagen, amigo... Lo has captado de un modo espectacular
ResponderEliminarUn abrazo
"Revisitando" amigos veo con sorpresa que mi comentario se perdió, o quizá en un descuido nunca comenzó su viaje,
ResponderEliminarEn esta nueva mirada veo una imagen magnífica, totalmente compenetrada con la musica, entrecerrando los ojos, esta muñeira parece salir de su gaita, la imagen cobra toda su fuerza y parece viva.
Un fuerte abrazo Miguel
Pues esta es una foto que lleva tu sello de forma impepinable.. Solo tu sabes captar el momento y con ese magnìfico blanco y negro.. Un abrazo Miguel :)
ResponderEliminarCuando Guglielmo Marconi quiso lanzar sus ondas radioeléctricas a través del Océano para que llegaran a la otra costa, nadie le tomó en serio, siendo la Tierra curva las ondas escaparían al espacio. Nadie contó con que rebotarían en la atmósfera, ni el propio Marconi. Quién sabe si las gaitas se rigen por el mismo principio.
ResponderEliminarPODI-.
Excelente retrato, Miguel!!!
ResponderEliminarUn abrazo y hasta Septiembre.
Preciosa toma.
ResponderEliminarPues yo tengo un vecino que se baja al trastero y toca el clarinete, igual algún día le pasa como a tu gaitero. Una historia muy divertida, como siempre.
ResponderEliminarMe gusta la foto por la pose que le has pillado al músico. El blanco y negro es una buena elección para este caso.
Un abrazo, Miguel.