Ventanas al campo o la Petrokinematografía. |
Puede que la veas mejor si haces clic sobre la foto y luego pulsas F11.
Dicen que dicen —a mi me lo contó la señora Andrea— que hubo un tiempo en que los hombres no conocían la pintura y mucho menos aún la fotografía. Hay quienes opinan que aquello ocurría antes de la guerra y otros piensan que fue en épocas mucho más lejanas, pero todos concuerdan en que el autor del invento fue Juanillo, el hijo de «la Genara».
Gran admirador del paisaje y de la huerta, con bloques de granito construyó un marco a modo de ventana desde el que poder observar sus tierras de forma que, según la perspectiva, fuesen los edificios, los árboles o las berzas quienes adquiriesen protagonismo. Afirman algunos cronistas que en ocasiones colocaba justo detrás de las piedras a Silveira, su enamorada, y se le oía decir embelesado: «¡Oh, qué bello retrato!».
Las gentes venían de todo el mundo, incluso desde A Coruña, sólo para ver el invento al que un tal Julio César, que llegó vestido de romano, puso el nombre de Petrokinematografía. Y así fue como el hijo de «la Genara», cuando los hombres aprendieron a escribir, pasó a los libros como el precursor de la pintura y la fotografía.
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Texto tomado de: «Han ser contos».
Atribuido a: Miguel Arcángel de Vallejera y de Riofrío.
Haendel - Sarabande.
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Jeje! Así que esto fue antes que lo de formar un rectángulo con las dos manos...
ResponderEliminarMuy buenos los dos encuadres y ese procesado que hace que la textura de la piedra se salga.
El tema de Haendel es inevitable que me recuerde a la "Naranja mecánica"
Un abrazo
Jaja, me alegra saber que no soy el único que recurre al rectángulo con las manos.
EliminarUn abrazo,
Es una ventana que tiene la virtud de que igual podría pasar por una moderna escultura conceptual que por un prehistórico emplazamiento religioso. Magnífico el encuadre, con muchas ventanas adicionales.
ResponderEliminarUn abrazo.
The gate to the future ;)
ResponderEliminarVery good bw!
Gran história (como siempre). La imagen es extraordinaria por la composición y las texturas, y mucho más con la música de Händel de fondo.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo Miguel y que tengas una buena semana
Muy buena historia sobre este estupendo marco. Una ventana que se abrió al futuro y que han podido ver distintas generaciones.
ResponderEliminarMuy buenas texturas y edición.
Besos
Curiosa historia para una bonita fotografía.
ResponderEliminarUn abrazo.
Que buen juego dan esos marcos naturales, Miguel, bien extraídas esas texturas de la piedra.
ResponderEliminarSaludos.
Ciertamente entre las líneas, los ángulos, las simetrías, las luces y sombras, nunca puede faltar la imaginación.
ResponderEliminarUn abrazo.
Parece un monumento megalítico
ResponderEliminarPues yo de niño jugaba a que con un aparatejo de plástico para hacer girar peonzas en forma de Y y en cuyos extremos superiores había dos cuadrados desde cada uno de los cuales podías ver el otro cuadrado... ¡Uf, paro a respirar! Vaya, que jugaba a que miraba por un cuadrado y lo que veía en el otro cuadrado era lo que yo estaba "filmando"...
ResponderEliminarpodi-.
No nos faltan nunca una fantástica ilustración sobre tus imágenes y, te lo agradecemos enormemente,Miguel pero es que es una fantástica ventana llena de vida y sin cuarterones
ResponderEliminarMe encanta .
Un abrazo, amigo
Tú nos ofreces una estupenda ventana día a día por la que ver a través de tus ojos :))
ResponderEliminarUn abrazo Miguel.
Lo bueno de las ventanas, es eso, tener infinidad de puntos de vista. Todo depende de la posición del que mira a través de ella.
ResponderEliminarUn abrazo, Miguel.
Definitivamente tuvo que ser él😅 La historia es deliciosa.
ResponderEliminarMe gusta mucho la fotografía, las texturas de la piedra... dan ganas de tocarla.
Un abrazo, Miguel
¿Quièn dijo que no hay arquitectura campestre?.. Pues nada a asomarse a la venta y a disfrutar del paisaje.. Un saludo Miguel :)
ResponderEliminarUn post muy completo...procesado texto y música... me encanta esa ventana al campo ... si Juanillo supiera el éxito que tiene su invento...
ResponderEliminarUn abrazo
Fantástica la "petrokinematografía", me ha encantado!!! Un abrazo desde Cantabria.
ResponderEliminarBuena captura, amigo... Podria ser una escultura moderna...
ResponderEliminarHubo tiempos en los que una de la sventanas por las que mirar eran las de los vagones del tren. Durante horas los viajeros, ensuciados de carbonilla, veían pasar escenas de paisaje, casi como en una película.
ResponderEliminarUn saludo
Las texturas son geniales y me recuerda al famoso juego del Tetris, jeje.
ResponderEliminarFeliz semana, Miguel.
La historia es fantástica, muy apropiada para la fotografia
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