domingo, 28 de mayo de 2017

Mona Lisa

Maderoterapia.
Maderoterapia.

Puede que la veas mejor si haces clic sobre la foto y luego pulsas F11.



Ahora viene el verano, pensó Elisenda Regina al ver el anuncio, y no me vendría mal probar con la «maderoterapia»; mi poto respingón está algo caido ultimamente y así no puedo lucir palmito en Arica Beach.

Como era martes, decidió aprovechar la oferta y allí estaba, tendida en la camilla, cubierta con una sábana blanca, tibia y acariciadora que dejaba a la vista sus prominentes y rotundas nalgas doradas como la avena que, como altas montañas separadas por un estrecho y profundo valle, pugnaban por llenar la habitación entera. Medio dormida, no oyó llegar a la robusta masajista que, tabla de cocina en mano, se acercó por detrás, levantó la paleta y descargó un golpe seco e inmisericorde. El  aullido de dolor resonó por toda la avenida de las Artes mientras los enrojecidos glúteos retemblaban como si fueran de gelatina. Desnuda como estaba, sábana al viento, corrió enloquecida por San Borja Norte, cruzó Aviación y, al llegar a la avenida de San Luis, se detuvo un momento para recuperar el resuello y después seguir hasta el «Pentagonito».

Había pagado por adelantado doce sesiones y no era cuestión de desaprovecharlas. En cada una de ellas, los hechos sucedieron del mismo modo, hasta el punto de que hubo días en que la gente se apiñaba en ambos lados de la calle no se sabe muy bien si para darle ánimos en la carrera o para contemplar su desnudez de diosa apenas oculta por la ondulante sábana. Terminado el tratamiento se miró al espejo; su poto lucía hermoso, duro como una piedra y, aunque un poco enrojecido, eso sí, levantado y tieso que daba gusto verlo.

Por la mente de Elisenda Regina siempre sobrevoló la duda de si aquellos resultados eran fruto de los doce palazos, uno por sesión, o de las doce carreras en ligera subida desde la avenida de las Artes al «Pentagonito». En todo caso, ese verano tenía el éxito asegurado en Arica Beach.


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Texto tomado de: «Han ser contos».
Atribuido a: Miguel Arcángel de Vallejera y de Riofrío.



Nat King Cole - Mona Lisa.




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16 comentarios:

  1. Gioconda is either attractive company. ;)

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  2. Es que lucir una bella figura conlleva sus sacrificios.

    podi-.

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  3. Jeje El relato es buenísimo y le da todo el sentido a la foto. Cada vez que vea un tratamiento de estética me acordaré de esa escena dándole con la tabla...genial
    Un abrazo Miguel

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  4. Que buena toma Miguel!
    Me imagino que el caos publicitario debe ir en consonáncia con el país, jeje.
    Un abrazo

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  5. Visto lo visto no pienso darme el tratamiento, prefiero hacer ejercicio por mis propios medios y con el dinero que me ahorro, me comnpro un bañador nuevo.

    Besos

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  6. Miedo me da preguntar en que consiste la maderoterapia para levantar los glúteos. No saben que inventar. Un abrazo.

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  7. Jejeje... cuando he visto la foto me ha llamadola atención eso de la maderoterapia, y he pensado en algo muy parecido a lo que cuentas...

    Abrazos

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  8. Guau, la imagen magnifica, lo otro, como que da miedo...
    Un abrazo, amigo

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  9. Hola Miguel! Hay que prepararse para Arica Beach y para todo jajajaja además tooooodo el año!. Bonitas fotos. Tanto ésta como las anteriores de la "beach"
    Un fuerte abrazo :)

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  10. Estupenda conjunción, foto,texto y música, Miguel, una entrada muy bien elaborada e ideada.

    Saludos.

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  11. Photo and music, nice together.
    Hope they make there women more beautiful... heh heh.

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  12. Bien publicitada está pero yo seguiré con el caído, la maderoerapia no me seduce mucho :)))
    Besos.

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  13. Wow!
    Fantastic photo, Miguel.

    Greetings from the rainy Poland.
    Lucja

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  14. Jajaja, abordaste el tema de manera lúcida e hilarante :))

    Un abrazo Miguel.

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  15. A saber... Estoy por apostar que hizo más la dieta a la que se sometió durante esos días y el ejercicio de llegar hasta Mona Lisa que los masajes que le costaron un riñón. Pero, claro, había que presumir de potón y de tratamiento delante de las amigas. Al fin y al cabo todas pasaban por lo mismo durante esos días, pero ninguna en la Mona Lisa, el centro de belleza pmás caro del barrio. El potón bien vale... doce paseos hasta Mona Lisa.
    Un saludo

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